Gran carrera la vivida el
pasado 17 de setiembre en la localidad alicantina de Benimeli, la Pretorian
Race ofrecía una buena carrera y así lo hizo.
Miembros del equipo antes de comenzar la prueba. |
La prueba empezaba en las
instalaciones de la piscina municipal, donde la primera prueba era cruzar la piscina
nadando para salir y emprender la marcha corriendo hasta meternos por unos
campos donde encontramos el primer acarreo de garrafa donde teníamos que ir por
un circuito de unos 200 metros donde una vez dejadas las garrafas seguimos
corriendo por unos caminos para llegar a las trincheras.
Posteriormente nos
encontramos con 5 o 6 fosas de barro que después de salir de dichas fosas
llegamos al equilibrio de troncos, que por el barro acumulado en los troncos
hacía de este obstáculo, un obstáculo bastante complicado.
Superado el obstáculo del
equilibrio, seguimos nuestra marcha por dentro de un canal que nos volvía a
llevar por unos caminos de gravilla donde nos estaban esperando otras cargas,
las bolas altas, las cuales se tenían que transportar hasta donde estaba
marcado, hacer 5 burpees y volver al punto de inicio para luego seguir
corriendo buscando la plaza de la localidad de Benimeli, eso si, después de
subir una buena "subidita".
Llegamos a la plaza y nos
encontramos con un obstáculo innovador que había preparado la organización. Se
trataba de unos monkeys bars de forma ascendentes y descendentes sujetas por
cadenas a las que, para llegar a la primera, tenías que subir por una cuerda y
para superar el obstáculo tenías que tocar la campana situada al final de la
estructura.
Seguimos por dentro de la
población hasta llegar a la ermita de la localidad, no sin antes superar la
tabla irlandesa que estaba situada en una calle con pendiente que aún le daba
un poco más de dificultad. Una vez en la ermita cogemos otro acarreo que era un
saco por un circuito de unos 200 metros para dejar el saco y subir unas
escaleras que nos llevaban hasta la montaña que a muchos le pasó factura en las
piernas por el desnivel y la dureza del terreno. Y siguiendo el balizaje puesto
por la organización llegamos a una zona donde nos encontramos con una red la
cual debíamos pasarla por debajo donde después teníamos que seguir ascendiendo
hasta llegar a la cima de la montaña.
Coronada la cima,
recuperamos fuerza en el avituallamiento allí situado para seguir y superar el
muro inclinado donde una vez superamos empezamos a descender por la montaña con
la dificultad añadida de que el camino estaba resbaladizo a causa de las
lluvias de los días anteriores y lo cual, después de unos 500 metros, una
bajada muy técnica y complicada, nos encontramos con dos obstáculos más, las
cuerdas y la carriola con contrapeso.
Seguimos el descenso donde
después de correr llagamos al tercer acarreo, otro saco el cual nos hacían
transportarlo por dentro de un circuito resbaladizo, con desnivel y muy
complicado, situado en la montaña. Dejamos la carga y seguimos a buscar las
trincheras, no muy bajas pero que había unos chorros de agua que hacía el tramo
fuera muy fangoso.
Proseguimos con el descenso
bien embarrados para superar un muro y seguir hasta llegar a la localidad otra
vez, donde una vez allí debíamos superar una prueba muy peculiar que consistía
en arrastrar una rueda, sin la ayuda de la cuerda. La rueda debía ser
arrastrada sin ser levantada del suelo.
Seguimos descendiendo por
dentro de la localidad para superar un muro de 3 metros y después de cruza la
carretera llegamos al típico arrastre de rueda donde una vez superado este
seguimos y nos esperaba el volteo de rueda.
Superados estos dos
obstáculos, enfilamos la recta final. Unas monkeys bars ascendentes donde
muchos participantes tenían que superarlo ayudándose de los pies. Donde una vez
superado pasabas por un abierto en la valla para entrar en las instalaciones
deportivas de la localidad y lanzar la jabalina.
Ximo pasando el "multiobstáculo" |
Dentro de las instalaciones,
y antes de cruzar la línea de meta, llegamos al “multiobstáculo”, lo cual, por
su dureza, muchos participantes no pudieron superar con éxito el obstáculo y se
cortaron muchísimas pulseras. El “multiobstáculo” consistía en una barra
transversal colgada, una anilla, un “nunchaco”, otra anilla, otra barra, unas
cuerdas colgadas y de ahí un combo de tubos y cuerdas.
Una vez superado el
“multiobstáculo”, cruzabas la meta donde, esta vez, no recogías la esperada
medalla de finisher, la organización opto por una taza conmemorativa de la
Pretorian Race y la bolsa del corredor, eso si, muy completa.
En resumen, la organización
de la Pretorian Race no defraudo en la que fue su primera edición;
organización, obstáculos, ambiente muy bueno. Esperaremos a su segunda edición
para ver si siguen por el buen camino.